jueves, 13 de diciembre de 2007

¿La primera navegación? En busca del principio perdido

Sócrates asoció la primera navegación a aquel pensamiento ayudado por el viento de los sentidos que fue característico de los primeros pensadores hasta él, que por eso han sido denominados pre-socráticos. Pensadores que dejaron el puerto de "Mythos" para embarcarse en la aventura de la razón, y kantianamente lograr una isla alejada de las turbulencias del sinsentido, de lo nouménico.

Llegó Kant a alguna isla? Seguimos navegando? La filosofía es Kant transmutado en un Ulises kaváfico que todavía anhela la Ítaca del mundo de las ideas platónico, mientras algunos prefieren el naufragio o regresar a puerto "Mythos".

domingo, 9 de diciembre de 2007

Ciudadanía, religión y autonomía universitaria

Ahora que se plantean en nuestra sociedad cuestiones sobre laicismo, religión y ciudadanía, conviene traer a colación a la maestra de vida (la Historia) para que nos ilustre sobre temas relativos a enseñanza de la religión y a la autonomía del sistema educativo sobre estas peliaguadas discusiones. Consideremos el nacimiento de la Universidad como un fenómeno asociado a la separación de poderes temporales, Imperio, y poderes eternos, Papado. De hecho, la Universidad, desde sus inicios, allá por el siglo XIII, vivió alimentada por goliardos y otros estudiantes no religiosos, y recibió esta polémica de la manera más iracunda posible. Por un lado, los poderes religiosos se negaban a aceptar los estatutos laicos que poco a poco habiánse ido imponiendo en los disintos centros del saber, mientras que los doctores seculares arremetían contra los frailes que osaban ocupar cátedras apoyados por los papas de turno. La llegada de Aristóteles a Europa vino a enervar la disputa, pues la Iglesia temió por su doctrina de ahí que quisiera controlar la educación que se impartía en las aulas de París, Oxford, Bolonia,etc...Mientras tanto, los maestros de las facultades de Artes veían con buenos ojos aquél fresco pensamiento que venía a animar un poco la oscura vida medieval. Tomás de Aquino se vio envuelto en esta polémica y le costo obtener la cátedra en París, aunque los dominicos tenían ya una y los Estatutos impedían conceder otra a los defensores de la fe. Hacia el final del siglo XIII, el futuro Bonifacio VIII dejó bien clara la cuestión: la Universidad de París sería destruida antes que claudicar ante los defensores de la razón.

viernes, 26 de octubre de 2007

El intelectual y la política

DEcía Platón que los mejor dotados para gobernar serían justamente los que menos querrían hacerlo, mientras que si encontrares alguien dispuesto a ello lo estaría por mor de otras cosas, dinero, fama, honores, poder, pero no por lo más importante, la preparación intelectual. El futuro rey-filósofo habría así de ser obligado a serlo pues lo más probable es que prefiriera residir sine die en la Isla de los Bienaventurados y no echaría de menos la caverna, qué duda cabe. Pero es obligación de quien ha recibido los dones de la educación en relación a lo más alto devolver lo prestado y convertirse en un justo político y bajar así a las oscuridades de la caverna por mucho que no quisiera.

Desde entonces los intelectuales ya no quieren bajar a la caverna. El imperativo platónico fue así un signo de ausencia que explicitaba lo que es moneda corriente desde entonces, que el intelectual de verdad, con sus alas des-plomadas, prefiere volar solo y alto a planear bajo y exponerse a las miserias de las sombras, no sea que salga escaldado y lo condenen por ser demasiado idealista y utópico, pues la materia no se lleva bien con las ideas, que se lo digan a Sócrates. Al menos Jonás fue engullido y llevado a Nínive a predicar, pero no hay ballenas para intelectuales.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Descartes fue un ¡espía!


Así parece, según la biografía de A.C.Grayling (DESCARTES, The Life and Times of a Genius.By A. C. Grayling.Illustrated. 303 pp. Walker & Company, 2005) que compré y me sellaron en la Librería Shakespeare & Company de Paris. Según este autor, Descartes habría trabajado como espía militar para los jesuitas en orden a luchar contra los protestantes y calvinistas, lo que explicaría lo poco que se sabe de Descartes en los años de 1620, que el propio filósofo ocultó o silenció en sus no infrecuentes apuntes autobiográficos. El propio Descartes participó de lado de los Habsburgo en la batalla de la Montaña Blanca de 8 de Noviembre de 1620 que inicia la Guerra de los Treinta Años ayudando a la derrota del padre ,Federico V, de la que luego sería su anfitriona y alumna, la princesa de Bohemia Elisabeth, que seguramente no supo nada de ésto.

miércoles, 11 de julio de 2007

La Tercera Navegación...

Con este blog se da pie a una potente metáfora socrático-platónica: la de utilizar las propias fuerzas de la razón cuando ya no "hace viento". "Deuteros plous" es, como se sabe, una expresión que se repite a lo largo de la historia:el neoplatonico Eustazio di Cappadocia (IV sec. d.C. vuelve a utilizarla: "Se llama segunda navegación aquella que uno emprende cuando, sin el correr del viento, se navega con los remos" (Odyss, p 1453, 20). También Cicerón habla de la contraposición entre el desplegar las velas en el discurso y el utilizar los remos de los dialécticos (Tusculanas IV,5):

(Habla Marco:)

"Lo que te pregunto es si soltaré desde luego las velas del discurso, o si iré empujando suavemente los remos de la dialéctica."


Cuando Sócrates utiliza la expresión hace referencia al viento de los físicos (los sentidos y las sensaciones) por contraposición a la segunda navegación de los razonamientos y los postulados. Cf. Fedón 99A-102A:

"Por ello el uno (Empédocles), colocando alrededor de la tierra un torbellino, formado por el cielo, hace que así se mantenga en su lugar, mientras que otros (Anaximandro, Anaxágoras, Demócrito) le ponen como base el aire. Pero la causa que hace que esas cosas estén colocadas ahora en la mejor forma que pueden colocarse, a esa ni la buscan,... Pues bien, por aprender cómo es tal causa, me hubiera hecho con grandísimo placer discípulo de cualquiera; pero, ya que me vi privado de ella, y no fui capaz de descubrirla por mí mismo, ni de aprenderla de otro, ¿quieres que te exponga, Cebes, la segunda navegación que en busca de la causa he realizado?...

Me pareció que era menester refugiarme en los conceptos y contemplar en aquéllos la verdad de las cosas
."